Hay historias que merecen ser rescatadas del olvido. Es que a veces, por más insignificantes que parezcan a primera vista, el proceso de investigación nos lleva por senderos inimaginados. Sendas que conducen a historias subsidiarias más que interesantes,...
More
Hay historias que merecen ser rescatadas del olvido. Es que a veces, por más insignificantes que parezcan a primera vista, el proceso de investigación nos lleva por senderos inimaginados. Sendas que conducen a historias subsidiarias más que interesantes, permitiéndonos descubrir personas, temáticas, anécdotas, sensibilidades y procesos culturales con los que compartimos ―en algunos casos― intereses parecidos y ―en otros― un universo de diferencias. Asomarnos a ellas significa ingresar en una realidad potencialmente original, poco transitada, en parte debido a la flaca memoria que nos caracteriza y, otro tanto, por el escaso deseo de invertir tiempo en pos de las obispales verdades que suelen esconderse detrás de tradición oral. Hay sucesos que se instalan en el imaginario. Echan raíces. Se afirman con fuerza sin que se los cuestione y así, el paso del tiempo no hace más que confirmarlos, aún sin nada concreto que los certifique como ciertos.
Less