Había una vez un mercader adinerado que tenía tres hijas. Las tres eran muy hermosas, pero lo era especialmente la más joven, a quien todos llamaban desde pequeña Bella. Además de bonita, era también bondadosa y por eso sus orgullosas hermanas la envidiaban...
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Había una vez un mercader adinerado que tenía tres hijas. Las tres eran muy hermosas, pero lo era especialmente la más joven, a quien todos llamaban desde pequeña Bella. Además de bonita, era también bondadosa y por eso sus orgullosas hermanas la envidiaban y la consideraban estúpida por pasar el día tocando el piano y rodeada de libros. Sucedió que repentinamente el mercader perdió todo cuanto tenía y no le quedó nada más que una humilde casa en el campo. Tuvo que trasladarse allí con sus hijas y les dijo que no les quedaba más remedio que aprender a labrar la tierra. Las dos hermanas mayores se negaron desde el primer momento mientras que Bella se enfrentó con determinación a la situación: - Llorando no conseguiré nada, trabajando sí. Puedo ser feliz aunque sea pobre. Así que Bella era quien lo hacía todo. Preparaba la comida, limpiaba la casa, cultivaba la tierra y hasta encontraba tiempo para leer. Sus hermanas, lejos de estarle agradecidas, la insultaban y se burlaban de ella. Lle
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