LA PRINCESA QUE PERDIÓ SU NOMBRE Esto era una princesa muy descuidada que lo perdida todo: los broches de perlas y las zapatillas de cristal, las cintas musicales, las calculadoras japonesas y las pequeñas coronas adornadas con rubíes. El día que celebraban...
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LA PRINCESA QUE PERDIÓ SU NOMBRE Esto era una princesa muy descuidada que lo perdida todo: los broches de perlas y las zapatillas de cristal, las cintas musicales, las calculadoras japonesas y las pequeñas coronas adornadas con rubíes. El día que celebraban las elecciones, al salir del palacio se dio cuenta de que había perdido su nombre. Volvió corriendo a su aposento, y miro encima de la cama, en su mesa de trabajo y en la tapa del tocadiscos. Su nombre no estaba allí. Revolvió dentro del armario, rebusco en los bolsillos de los abrigos viejos, y entre los pliegues de los vestidos de fiesta. Y sacudió su mando de armiño, con la esperanza de que su nombre cayera al suelo como un billete usado de autobús. Y cayó un billete usado, pero su nombre no cayó. La princesa le pregunto a la doncella: - ¿Has visto mi nombre por algún sitio? - Hoy no – Replico la doncella-, pero ayer lo vi en el jardín de las petunias junto al estanque. 1
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