EPAMINONDAS Había una vez una buena mujer que sólo tenía un hijo. Como la buena mujer era muy pobre y no podía dar gran cosa a su hijo, quiso ponerle por lo menos un gran nombre. Por eso le llamó Epaminondas, que es el nombre de un antiguo general griego,...
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EPAMINONDAS Había una vez una buena mujer que sólo tenía un hijo. Como la buena mujer era muy pobre y no podía dar gran cosa a su hijo, quiso ponerle por lo menos un gran nombre. Por eso le llamó Epaminondas, que es el nombre de un antiguo general griego, muy famoso porque ganó dos célebres batallas. El niño tenía pues un nombre glorioso, pero no parecía que eso le importara demasiado. Su madrina le quería mucho y le daba alguna cosa cada vez que Epaminondas iba a visitarla. Un buen día, al visitarla, la madrina le regaló una medialuna. - No la pierdas, Epaminondas, no lao pierdas. Llévatelo a casa muy apretado - le dijo. - No te preocupes, madrina, no lo perderé - contestó Epaminondas. Pero apretó la mano con tanta, tanta fuerza, que cuando llegó a casa ya no quedaban más que unas pocas migas. Al llegar su mamá le preguntó: - ¿Qué traes ahí, Epaminondas? - Una medialuna, madre. - ¡Una medialuna! ¡Válgame Dios! ¿Qué has hecho de la inteligencia que te di cuando viniste al mundo? ¡Qué m
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