Ejercicio 6. A tranquilidad se halla en la muerte, se dejó dominar por la idea del suicidio. ¡Desgraciado el hombre que abrumado por la desgracia se fija en tan horrible pensamiento! Es uno de esos mares muertos cuyas olas tienen la apariencia de un mar...
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Ejercicio 6. A tranquilidad se halla en la muerte, se dejó dominar por la idea del suicidio. ¡Desgraciado el hombre que abrumado por la desgracia se fija en tan horrible pensamiento! Es uno de esos mares muertos cuyas olas tienen la apariencia de un mar puro y tranquilo, pero en los cuales el nadador siente escurrir sus pies cada vez más hacia el fondo, atraídos y sujetos por el cieno. En esta crítica situación, si el auxilio divino no viene en su ayuda, todo se acabó; cada esfuerzo que hace hunde más y le arrastra más a la muerte.
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