La Loncherita
Mi barrio era como cualquier otro barrio, tenía unas cuantas bodegas, una
pequeña botica, una librería que vendía lo estrictamente necesario, pero quién
dominaba todo por los altos era la cúpula de la vieja Iglesia del Carmen de la
Legua, a la...
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La Loncherita
Mi barrio era como cualquier otro barrio, tenía unas cuantas bodegas, una
pequeña botica, una librería que vendía lo estrictamente necesario, pero quién
dominaba todo por los altos era la cúpula de la vieja Iglesia del Carmen de la
Legua, a la espalda de ella vivía yo.
Llegué a este barrio cuando tenía escasos dos añitos, mi vida transcurrió en
esas largas calles llenas de jardincitos verdes que eran limpiados diariamente
por las señoras que después conocería como madres de mis grandes amigos,
aquellos que hasta hace poco podía ver.
Me olvidaba, en mi barrio también había un Nido, bueno, se le llamaba así a la
escuelita de niños de entre cuatro y cinco años que existían en la época de los
setentas, algunas hasta hoy perduran; el de mi barrio en esa época se llamaba
Santa Rosa.
En el Santa Rosa pasé los primeros años de mi vida social, sociabilizando con
niños, en su mayoría del barrio, que iban a este pequeño espacio, para dejar
un rato a sus mamás en paz y al mismo tiemp
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