Amanda estaba emocionadísima. Habían tenido que esperar muchos días, pero por fin,
aquella noche nacerían las tortuguitas en la playa ¡y su papá le iba a llevar a
verlas!
Se levantaron cuando aún era de noche, tomaron las linternas, y fueron a la playa
con...
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Amanda estaba emocionadísima. Habían tenido que esperar muchos días, pero por fin,
aquella noche nacerían las tortuguitas en la playa ¡y su papá le iba a llevar a
verlas!
Se levantaron cuando aún era de noche, tomaron las linternas, y fueron a la playa
con mucho cuidado. Su padre le había hecho prometer que respetaría a las tortugas
bebé, y que no haría ruido y obedecería al momento, y ella estaba dispuesta casi a
cumplir cualquier cosa con tal de poder ver cómo nacían las tortugas. No sabía muy
bien cómo sería aquello, pero había oido a su hermano mayor, que las tortugas
nacían en la playa a pocos metros del agua, y luego corrían hacia el mar; y todo
eso le pareció muy emocionante.
Agazapados y sin hacer ruido, sólo con la pequeña luz de una linterna muy suave,
estuvieron esperando. Amanda miraba a todas partes, esperando ver a la tortuga
mamá, y casi se pierde la aparición de la primera tortuguita. ¡Era tan chiquitina!
Se movía muy torpemente, se notaba que era un bebé, pero sin espe
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