tra vez, hablando el Conde Lucanor con Patronio, su ayo y
consejero, le dijo que estaba muy preocupado por algo que quería
hacer, pero, que si hacía, podía ser muy criticado, y si optara por lo
contrario, también podría ser censurado con razón.
Le contó a...
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tra vez, hablando el Conde Lucanor con Patronio, su ayo y
consejero, le dijo que estaba muy preocupado por algo que quería
hacer, pero, que si hacía, podía ser muy criticado, y si optara por lo
contrario, también podría ser censurado con razón.
Le contó a
Patronio de que se trataba y le pidió consejo.
— Señor Conde Lucanor, — comenzó Patronio — me gustaría que
meditaseis la historia que le voy a contar, se trata de la historia de
un padre y su hijo.
El Conde le pidió que le contase la historia y Patronio comenzó a
narrar:
— Señor, húbose un hombre que, aunque de buen corazón, siempre
intentaba no ser criticado.
Ese hombre tenía un hijo que pensaba
que no había que ser manipulado por las críticas e intentaba
transmitirle esta sabiduría a su padre.
Un día, los dos salieron para llevar unas vasijas muy pesadas a otro
pueblo, y el hijo aprovechó para concienciar a su padre.
Se ofreció
voluntario a llevar la carretilla en la que estaban las vasijas, y al
cruzarse con dos hombres, esto
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