YO TAMBIÉN SOY CAPAZ Aunque parezca mentira, algunos de los Colombianos que ya estamos en el otoño de nuestras vidas y que nunca nos tocó disfrutar de la Paz que ahora se busca con tanto ahínco, nos ponemos a desvariar y a pensar cavilosamente en la...
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YO TAMBIÉN SOY CAPAZ Aunque parezca mentira, algunos de los Colombianos que ya estamos en el otoño de nuestras vidas y que nunca nos tocó disfrutar de la Paz que ahora se busca con tanto ahínco, nos ponemos a desvariar y a pensar cavilosamente en la situación que se está presentando en el país y nos preguntamos cosas, que deberían formar parte de los pensamientos cotidianos de todos nuestros conciudadanos pero, que se callan, como si pensar en esta querida tierra fuera un delito. Yo he pensado, por ejemplo, que la campaña de sensibilización “SOY CAPAZ” tiene millones de seguidores, muy bien intencionados que creen aportar al proceso que se adelanta en la Habana, con acciones tan peregrinas como la de usar la camiseta de un equipo de fútbol que no es de su agrado o la de saludar a mi vecino que me cae al hígado o limitarme en la ejecución de alguna acción que de antemano considero mal hecha, como si evitarla no fuera mi contribución para conmigo y para con los demás en la búsqueda de un
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