Fiorella Mayhua
A CORRER...
Cuentan que cierto día, estaban en el bosque un caballo y su
pequeño hijo, ambos gustaban de correr sin rumbo fijo, solo por
el placer de sentir el cálido aire sobre sus cabezas.
Padre e hijo disfrutaban mucho de estas carreras y...
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Fiorella Mayhua
A CORRER...
Cuentan que cierto día, estaban en el bosque un caballo y su
pequeño hijo, ambos gustaban de correr sin rumbo fijo, solo por
el placer de sentir el cálido aire sobre sus cabezas.
Padre e hijo disfrutaban mucho de estas carreras y el compartir
sus conversaciones que tanto bien hacia a ambos, siempre
tenían pláticas de lo más amenas y realmente existía una
comunicación constante entre ellos.
Una mañana, salieron como era su costumbre a correr, estaban
muy felices porque era un día espléndido, cuando de repente el
pequeño caballo tropezó y cayó rodando, su padre se detuvo de
inmediato volviendo sobre sus pasos para ver que le había
sucedido a su pequeño hijo.
Se acerco a él para averiguar si se encontraba bien, y el
pequeño no lograba levantarse, muy asustado le dijo a su padre:
- Siento que no podré volverme a levantar, me siento muy
lastimado de una pata.
- Hijo, debes levantarte, acaso ¿Te has roto algo?- Padre, le dijo
el caballito, creo que no me he roto n
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