A MIS CRÍTICOS
Si supierais con qué piedad os miro
y cómo os compadezco en esta hora.
En medio de la paz de mi retiro
mi lira es más fecunda y más sonora.
Si con ello un pesar mayor os causo
y el dedo pongo en vuestra llaga viva,
sabed que nunca me...
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A MIS CRÍTICOS
Si supierais con qué piedad os miro
y cómo os compadezco en esta hora.
En medio de la paz de mi retiro
mi lira es más fecunda y más sonora.
Si con ello un pesar mayor os causo
y el dedo pongo en vuestra llaga viva,
sabed que nunca me importó el aplauso
ni nunca me ha importado la diatriba.
¿A qué dar tanto pábulo a la pena
que os produce una lírica victoria?
Ya la posteridad, grave y serena,
al separar el oro de la escoria
dirá cuando termine la faena,
quien mereció el olvido y quien la gloria.
AÚN
Mil veces me engañó; más de mil veces
abrió en mi corazón sangrienta herida;
de los celos la copa desabrida
me hizo beber hasta agotar las heces.
Fue en mi vida, con todas sus dobleces,
la causa de mi angustia -no extinguidaaunque, ¡pobre de mí! toda la vida
su mentiroso amor.
.
.
pagué con creces.
Los tiempos han pasado; ya su boca
no me da sus caricias, ni me abrasa
el fuego de sus ósculos de loca;
¡y sin embargo mi pasión persiste.
.
.
pues, cuando a veces por mi se
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