Inglaterra enfrentaba a Trinidad y Tobago en Nüremberg por la segunda
fecha del Grupo B del Mundial.
El equipo que dirige Sven-Goran Eriksson
llegaba entonado luego del debut con triunfo (1-0) sobre Paraguay.
Si
bien el funcionamiento en ese encuentro no...
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Inglaterra enfrentaba a Trinidad y Tobago en Nüremberg por la segunda
fecha del Grupo B del Mundial.
El equipo que dirige Sven-Goran Eriksson
llegaba entonado luego del debut con triunfo (1-0) sobre Paraguay.
Si
bien el funcionamiento en ese encuentro no fue el ideal, el seleccionado
inglés pudo sacarse de encima a un duro rival y ahora esperaba volver a
sumar de a tres para asegurarse un lugar en los octavos de final.
Claro
que no podría contar con Gary Neville, lesionado, aunque Wayne Rooney,
recuperado de su lesión, podía llegar a tener algunos minutos en cancha.
Enfrente, Trinidad y Tobago, que venía de sacar un empate histórico ante
Suecia, en su primer partido en una Copa del Mundo.
El objetivo para los
dirigidos por Beenhakker era dar una nueva sorpresa, esta vez frente a
una potencia mundial.
Inglaterra arrancó mejor: parado en campo contrario y tratando de
demostrar de movida que tenía buenos argumentos para llevarse el
triunfo.
A los 6, Lampard probó desde afuera, pero
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