Contadora de historias Andreés Felipe Ramíérez 4º B Era una manñana fríéa y literaria al mismo tiempo, como el maérmol blanco de la Catedral de San Basilio, pero en la ciudad del Arlanzoén. Algo extranño se palpaba en el ambiente del IES Camino de Santiago...
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Contadora de historias Andreés Felipe Ramíérez 4º B Era una manñana fríéa y literaria al mismo tiempo, como el maérmol blanco de la Catedral de San Basilio, pero en la ciudad del Arlanzoén. Algo extranño se palpaba en el ambiente del IES Camino de Santiago y, en efecto, no era un lunes cualquiera, en el que los alumnos somnolientos y monoétonos, bajan mecaénicamente las escaleras del autobués y, como tropas de un ejeército imperial cloénico, todos a un mismo ritmo, amortizando cada uno de los movimientos, ascienden hacia sus aulas respectivas. Aquel primer díéa de la semana amanecíéa con un grupo de joévenes cuyo sentimiento era distinto, el espíéritu de cada uno de ellos albergaba la intriga de una promesa, como cuando llega el díéa de tu cumpleanños, o esperas, siendo viernes, que comience el fin de semana; y, sobre todo, conteníéa la esperanza de un mundo mejor, y se me antojaba que aquella manñana, simboélicamente, constituíéa el principio de todo, y tambieén la culminacioén de una
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