1 Quieren ser estas páginas una posible crónica. Seguramente, como ocurre ante todo evento, habría tantas versiones como personas vivimos la peregrinación. Todas ellas con mucho en común, pero también con las visiones y vivencias personales de cada una....
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1 Quieren ser estas páginas una posible crónica. Seguramente, como ocurre ante todo evento, habría tantas versiones como personas vivimos la peregrinación. Todas ellas con mucho en común, pero también con las visiones y vivencias personales de cada una. Rogamos pues disculpas por las omisiones y carencias, confiando que quienes participaron encuentren en ésta el sentimiento profundo de haber estado allí. Y para los que no, la noticia de un suceso único y prometedor. Es 31 de agosto. Sahagún se despierta con la llegada, quizá no inesperada, de un grupo de peregrinos muy numeroso (más de cien). Llegan en dos autobuses y se disponen a iniciar una experiencia, si bien distinta de las que acoge el Camino de Santiago habitualmente, no exenta de su significado, de sus dificultades ni de sus estímulos, pero sobre todo enriquecidas por las premisas enunciadas. Todo está preparado: la hermana M. Elena García a cargo de los coches de apoyo; Juan Manuel López, médico responsable del equipo sanitar
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