“El regalo de la yerba mate”
Yací, la luna, miraba desde el
cielo la selva.
Un día le dijo a Araí, la nube, sino
la acompañaba a bajar a la selva para
pasear, pero tenían que pedirle
permiso a Kuarajhí, el sol.
Él les advirtió que podían pasear por la...
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“El regalo de la yerba mate”
Yací, la luna, miraba desde el
cielo la selva.
Un día le dijo a Araí, la nube, sino
la acompañaba a bajar a la selva para
pasear, pero tenían que pedirle
permiso a Kuarajhí, el sol.
Él les advirtió que podían pasear por la selva, pero deben hacerlo
como mujeres para no despertar sospechas, que sea de día y que
tienen que regresar antes del
anochecer.
Se transformaron en dos
lindas jóvenes y descendieron.
La selva las recibió, vieron orquídeas,
papagayos, insectos, flores, mariposas,
huellas de animales y de víbora.
En ese momento escucharon un tremendo rugido, vieron al feroz yaguareté que
las observaba.
Un cazador tiró una flecha y lo mató, soñó con
las jóvenes.
Después Tupá quería premiarlo, y le dijo que camine y
va a encontrar una planta desconocida, que le corte la hojas y
que las seque para hacer una infusión.
Esa planta es Caá, que ahora llamamos yerba mate.
Desde
entonces los guaraníes la beben y la aprecian.
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