La perrita abandonada
Erase una vez un niño que era muy cabezota.
Se llamaba Carlos y él quería tener un perro, pero
sus padres no querían, porque era mucho trabajo y
Carlos no estaba preparado para tanta
responsabilidad.
Tantas veces lo había pedido que...
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La perrita abandonada
Erase una vez un niño que era muy cabezota.
Se llamaba Carlos y él quería tener un perro, pero
sus padres no querían, porque era mucho trabajo y
Carlos no estaba preparado para tanta
responsabilidad.
Tantas veces lo había pedido que
aceptaron.
Fueron a la tienda y Carlos decidió una perrita
muy mona, era un Shih Tzu.
Llegaron a casa y
pensó llamarla Chispa, era de varios colores:
blanca, marrón, y un toque de gris.
Chispa
extrañaba la casa y los padres le dieron pienso
aunque no quiso comer.
Después de unos días, ya
quiso comer porque tenía mucha hambre, pero
quería comer más.
¡Qué glotona! La mamá de
Carlos le dio más.
Y se quedó satisfecha.
Pasaron una, dos, tres semanas y a Carlos le
aburría la perrita, se lo comentó a sus padres y se
enfadaron mucho con él.
Los padres y Chispa
fueron con Carlos al parque, soltaron la perrita para
que jugase con otros perros.
Tuvieron mala suerte…
¡Chispa se había escapado, huyendo por la
carretera! ¡Qué mala suerte!
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