El Vestido Rojo
Aún lo recuerdo.
Jamás se me podría olvidar aquel instante, aquel
momento.
.
.
una sucesión de sentimientos que me siguen albergando.
Nunca
podría olvidar ni el más mínimo detalle.
Pienso que quizá, con el tiempo, se
me calme...
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El Vestido Rojo
Aún lo recuerdo.
Jamás se me podría olvidar aquel instante, aquel
momento.
.
.
una sucesión de sentimientos que me siguen albergando.
Nunca
podría olvidar ni el más mínimo detalle.
Pienso que quizá, con el tiempo, se
me calme la sed del recuerdo etéreo y preciso.
Pero nunca podría apagar
aquel suceso que me marcaría para siempre.
Sí, ese que me hizo plantearme
la fugacidad de la vida y la persistencia del recuerdo.
Al fin y al cabo, los
sentimientos solo constituyen la base de cualquier ser.
Y los recuerdos.
.
.
solo decir que son los que realmente nos hacen ver quiénes somos.
.
.
Recuerdo que era una noche fría.
La calle se encontraba en total
oscuridad, y no había ningún indicio de movimiento.
El viento soplaba con
fuerza, y me hacía estremecer contra mí mismo.
Me sentía acorralado y
abrumado en aquella calle oscura.
Prefería andar ligero.
Cuando miraba atrás
y observaba la angosta y estrecha esquina por la que acababa
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