¡Victoria!
Podría empezar diciendo
“Érase que se era
la más grande romancera”
Y en esas cuatro palabras
depositar mi alma entera.
Pero tan gran ocasión,
merece que con mi alma
coloque mi corazón,
y con un poco de calma
os revele de este evento
su motivo y...
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¡Victoria!
Podría empezar diciendo
“Érase que se era
la más grande romancera”
Y en esas cuatro palabras
depositar mi alma entera.
Pero tan gran ocasión,
merece que con mi alma
coloque mi corazón,
y con un poco de calma
os revele de este evento
su motivo y su razón.
Vengo esta noche contento
a predicar mi alegría
y a rendirle pleitesía
a una mujer que es portento
… de sabiduría.
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