Una mañana me levanté de sueños movidos sintiendo que una piel peluda me acariciaba la
cara.
Abrí los ojos y comprobé con el mayor de mis horrores que mis manos se habían
convertido en patas, patas peludas, mi cuerpo se había reducido considerablemente y...
More
Una mañana me levanté de sueños movidos sintiendo que una piel peluda me acariciaba la
cara.
Abrí los ojos y comprobé con el mayor de mis horrores que mis manos se habían
convertido en patas, patas peludas, mi cuerpo se había reducido considerablemente y estaba
cubierta de pelo.
Tenía una visión muy aguda y un oído finísimo, que al estar tan
desacostumbrada, al poco empezó a darme dolor de cabeza.
Salté de la cama con una agilidad
hasta ese momento desconocida para mí.
Intenté ponerme vertical,pero mis dos patas
traseras y mi constitución me lo impidieron.
Tardé un buen rato en acostumbrarme a andar a
cuatro patas.
Cuando cogí un poco más de rapidez y agilidad caminando, salté de nuevo a la
cama y volví a bajar.
Me acerqué al espejo y miré al extraño de delante de mí.
Me moví y
comprobé que mi reflejo seguía mis movimientos para comprobar que era cierto.
Lo había
sospechado desde un buen principio, pero verme reflejada me lo dejó totalmente claro.
Era un
gato.
No sabía ni cóm
Less